Estuvo en comunicación con Realidad aumentada Soledad Barruti para referirse al estado de situación actual de la ley de etiquetado frontal.
La ley es información en un contexto donde “las marcas que hoy nos dan de comer y beber, las que están la góndola, han hecho su negocio en base, justamente, de lo contrario”, las marcas actualmente ofrecen en lugar de información publicidad.
Según Barruti, el lobby tiene como estrategia principalmente: demorar, generar confusión y mezclar las propuestas. Este recurso es utilizado y hasta ha sido exitoso en muchas partes del mundo.
El lobby se maneja de varias maneras, puede ser por entrega de dinero directo, el mecanismo de corrupción más conocido, pero también hay otros como como la coerción, lo cual produce miedo.
El lobby “me da mucha indignación porque están jugando y especulando con la salud de las personas y el derecho de estar informado, y es muy grosera de la manera que lo hacen”, afirmó la escritora.
La comida real: frutas, verduras y cereales, son mas caras que los aditivos que la sustituyen, o también están los alimentos que si se producen a gran escala, pero son los menos necesarios para el cuerpo, como el maíz, trigo y azúcar, dijo Barruti respecto al tipo de producciones que realizan actualmente las industrias alimenticias.
La autora de Mal comidos y Mala leche señaló que la alimentación en la Argentina es «cada vez peor». Las personas van a la góndola, ya con un sistema sensorial muy afectado, y buscan los panes envasados y “el pan ya no es lo que era el pan”: pueden tener 15 ingredientes, de los cuales 5 son de distintos formas de azucares y los otros aditivos. Esto también sucede con los lácteos y galletitas, explicó. No siempre se comió a bases de estas recetas, resaltó.
También cambió la frecuencia con la que se consumen ciertos alimentos. Por ejemplo, una bebida azucarada antes se consumía en un cumpleaños pero ahora existen personas que nunca consumen agua.
Por último, la periodista cerró diciendo que el lobby “me da mucha indignación porque están jugando y especulando con la salud de las personas y el derecho de estar informado, y es muy grosera de la manera que lo hacen”. La ley de etiquetado frontal tiene las mejores recomendaciones y está avalada por instituciones como UNICEF, entre otras.
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