El corazón de la mañana presentó esta semana a Carolina Raskopf, oriunda de Aldea María Luis, maestra mayor de obra, gasista matriculada y mamá.
Hoy, a 10 años de haber emprendido este camino, se encuentra feliz viviendo en Oro Verde con su familia. Ha trabajado por distintas localidades contó, pero que mayormente se dedica a las zonas que comprende Ruta 11: Paraná, Oro Verde, Valle María y Diamante. En el 2010 había menos mujeres trabajando de gasista era más «raro», pero hoy es mas común, apuntó.
Respecto a sus inicios, dijo que hizo la escuela secundaria en la aldea, pero que al finalizar le interesaba lo relacionado a los «planos», pero no podía optar por la universidad, así que se enteró que en Crespo había una Técnicatura para Maestro mayor de obra. «Cursé 3 en año en la escuela de Crespo, y en el 2009 me recibí de maestro mayor de obra». Golpeando puertas me encontré con una colega y me ofreció el trabajo como gasista en Valle María, pero luego «me largue solita», señaló.
Respecto al riesgo en el tipo de trabajo que realiza indicó que todos los trabajos asumen riesgo. En el rol de gasista dijo que no hay riesgo «porque uno trabaja con todas las normas en la cabeza», siempre con todas las precauciones, y hay dos inspecciones previas a la habilitación que brinda la empresa distribuidora de gas.
Al principio de la pandemia y del aislamiento social preventivo y obligatorio «estuve casi 2 meses sin poder trabajar, fue muy duro». Luego pudo volver, pero también tenía que organizarse con sus hijos, para poder salir a realizar las instalaciones de gas natural.
Con un camino recorrido de 10 años en el rubro aseguró: «Hoy tengo la mejor publicidad: el boca a boca».
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