Graciela Reca nació en Paraná en 1943, ama la música clásica, la hace feliz su familia, su lugar en el mundo es su ciudad natal, y le gustan los colores blanco y negro.
Contó que está en contacto con la música desde la cuna. En su casa había un piano con el que comenzó a tocar a una edad temprana de su niñez, luego se formó en el instrumento a partir de los 8 años y más tarde siguió el camino académico en la Universidad Nacional del Litoral: «teníamos un plantel de profesores maravillosos», los mejores del país viajaban a Santa Fe a dar clases, una época de puro lujo, calificó.
Actualmente Reca se encuentra dando clases y reconoció que tiene alumnos muy dotados, un dato curioso es que ninguno del grupo es de Paraná. En tiempos de pandemia no se pudo adaptar a la modalidad virtual por lo que ha dado clases en un espacio bien amplio en el que cuenta con 2 pianos de cola enfrentados a una distancia de más de 3 metros uno del otro. Por lo que sus clases cumplen con las recomendaciones sugeridas contra el Covid 19.
Todos los días se dedica a estudiar y va descubriendo cosas constantemente. No se trata de descubrir cosas que no existen, aclaró, pero cada detalle que está en la partitura es fundamental en la obra.
En cuanto a los autores le gustan varios, no obstante verdaderamente lo que te enamora es la obra, dijo la pianista.
«Uno tiene que hacer algo amándolo, sobre todo en el arte, y con mucho respeto», afirmó. Si bien a ella le gusta la música clásica, a todos los géneros hay que hacerlos con una aspiración a mejorar, porque de esta forma se llega más fácil al auditorio, indicó. El objetivo es comunicarse con el otro, no es tocar solo para uno mismo, sino que hay llevar un mensaje en este idioma universal que es la música.
Cabe destacar que tanto estudio y dedicación la llevó a compartir escenario con Marta Argerich en 3 oportunidades, en Paraná y en Buenos Aires, dijo orgullosa.
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