Guillermo Docena y Omar Azzaroni, investigadores del CONICET y del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos, IIFP, y del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas, INIFTA, están llevado a cabo un estudio para tener la vacuna contra el coronavirus que podría llegar a probarse en personas voluntarias en el 2022.
La estrategia propuesta se «basa en el uso de fragmentos de la proteína S, que se encuentra en la cubierta del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, y es el arma que este utiliza para invadir e infectar las células blanco, que son las del epitelio nasal y, principalmente, pulmonar, donde en contacto con distintos tipos de receptores se divide y multiplica para invadir otras células» explica el portal del CONICET.
FM Universidad estuvo en comunicación con Dr. Docena para conocer más acerca del proyecto. «Venimos estudiando esta vacuna desde el 2018 y puntualmente ahora estamos aplicando al COVID», el proyecto está en la etapa preclínica, es decir, se está probando la vacuna en ratones para realizar las observaciones pertinentes y constatar los datos que se obtuvieron en otros sistemas, aseguró el investigador.
En el año que comenzaron su investigación no existía el coronavirus mencionado anteriormente, pero al ir saliendo las vacunas contra el COVID, «nos fuimos dando cuenta que los mecanismo que se están mostrando con estas vacunas son los mismos que los nuestros» en este sentido, los doctores, plantearon estudiar que ocurría con la vacuna en esta situación.
Esta vacuna comenzó en plan de tratar alergias alimentarias con nanopartículas para desarrollar una «vacuna terapéutica» y así controlar la inflamación, pero en el desarrollo de la investigación se vieron efectos en el sistema inmune que los sorprendieron. Es allí que comenzaron a pensar que podría servir para problemas infecciosos.
Señaló Docena que lo novedoso en esta vacuna son las nanopartículas, las cuales consisten en ser una estructura tridimensional que actúan como una esponja. Es decir, se fabrica la nanopartícula y luego se agregan las proteínas, y estas se van introduciendo al interior de la primera.
En un comienzo el uso de la nanopartícula se lo pensó como un vector, un transportador, para proteger al componente de la vacuna. Pero en el estudio se detectó que las nanopartícula tienen la capacidad de activar el sistema inmunológico. Es decir, nos explicó el investigador, que la nanopartícula actúa como adyuvante, que es una de las características que precisan todas las vacunas, que es la parte que sirve para activar el sistema inmune.
Actualmente se está trabajando con la cepa original del COVID 19, que es la que más circula en el país. Cabe destacar de igual modo, que con cada transmisión del virus la cepa va mutando, por lo que se sigue sugiriendo el distanciamiento social y todas las medidas de prevención.
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